jueves, abril 06, 2006

aspereza y elasticidad

Veo jugar al Barça contra el Benfica en el partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League. Un partido menor, a ambos equipos les separa un mundo, una galaxia, aunque el Barça transmite esa sensación casi casi juegue contra quien juegue. Disfruto del partido, esperando tranquilamente a que las miles de oportunidades que genera el cuarteto mágico Iniesta-Deco-Etoo-Ronaldinho den sus frutos. Me doy cuenta de que el fútbol cuando se juega bien es algo fascinante en sus infinitas posibilidades. Llega el primer gol de Ronaldinho. Pasa el tiempo y los aburridos locutores de TVE1 se empeñan en transmitir una ansiedad falsa: todos sabemos el final de esta película. El segundo gol de Etoo resume perfectamente el ideario estilístico del Barça, un balón robado con esfuerzo en medio del campo, tres pases eléctricos, un control en carrera imposible para un número infinito de jugadores que pretenden formar parte de la élite de este deporte, un latigazo inapelable. Desde mi sofá grito como un poseso, embriagado por una satisfacción que procede no del simple paso de ronda en la competición europea, sino del placer de saber que estoy asistiendo a momentos únicos. Este equipo, el mejor que ha juntado el Barça en los últimos veinte años, será casi imposible de superar en el futuro. Vivamos el momento.